jueves, 30 de diciembre de 2010

4 libros que profetizaron el futuro

Según Regreso al futuro, en unos años deberían existir aeroskates con los que aerodeslizarse por toda la ciudad. Es más; según la trilogía, hoy en día "no necesitamos carreteras". Molaba demasiado como para ser verdad. Lo cierto es que si algo nos han enseñado estas películas es que somos muy malos prediciendo el futuro (especialmente Waterworld, pero es que esa película no acertó en nada de lo que se proponía); sin embargo, hay ciertos libros antiguos que, quizás intencionadamente, quizás sin querer, hablaron de un futuro que se parecía demasiado a nuestro presente. ¿Predicción, coincidencia? Prepárate, estás entrando en la dimensión desconocida...



4. Los viajes de Gulliver

Año: 1699

"Los viajes de Gulliver", de John Swift es una novela que trata sobre los viajes... de un tipo... que se llama Gulliver. En fin, tampoco voy a hartaros con el resumen. Lo importante es que en la tercera parte, Gulliver es secuestrado por unos seres que viajan en algo parecido a unos platillos volantes. Entonces, Gulliver comenta que esos seres "han descubierto dos estrellas menores o satélites que giran alrededor de Marte, de las cuales la interior dista del centro del planeta primario exactamente tres diámetros de éste, y la exterior, cinco; la primera hace una revolución en el espacio de diez horas, y la última, en veintiuna y media; así que los cuadros de sus tiempos periódicos están casi en igual proporción que los cubos de su distancia del centro de Marte" (fuente). Bien, pues lo clavó. Las distancias son exactamente las que Swift escribió siglo y medio antes. ¿Cómo lo hizo? ¿Superpoderes? La verdad es que lo dudo mucho: Si hubiese previsto la adaptación al cine protagonizada por Jack Black de su obra, probablemente nos habría ahorrado el mal trago.

3. Las aventuras de Arthur Gordon Pym

Año: 1837

Edgar Allan Poe escribió esta obra también conocida como "La narración de Arthur Gordon Pym" con el objetivo de echarle toda la imaginación que albergase su cabeza. Pym se sube al barco Grampus como un polizón, y allí vive una serie de aventuras que terminan llevándole a un barco junto a otras tres personas: August, Parker y Peters. Al acabarse las provisiones, los cuatro deciden recurrir al canibalismo, y, en vez de ceder cada uno una parte de su cuerpo, deciden comerse a uno entero, sorteándolo a la paja más corta. Paja, si. De pajar. Enfermo.
La cosa es que es Richard Parker el que la diña, asi que se lo comen. Eventualmente los demás también mueren, lo cual es un poco desesperanzador, pero qué se le va a hacer.
Y ahora pasamos al Mignonette, un navío del año 1884 en el que se embarcó un joven de diecisiete años mintiendo sobre su edad. El barco (adivina) se hundió, y sólo quedaron cuatro hombres: Dudle, Stephens, Brooks y el anteriormente mencionado chaval, quien cayó gravemente enfermo tras 16 días a la deriva. La reacción lógica de Dudle y Stephens ante su enfermedad fue, por supuesto, asesinarle y devorarle. Ocho días después fueron rescatados y condenados a medio año de prisión por el asesinato de... por cierto, ¿cómo se llamaba? Ah, si: Richard Parker. Cómo no. Siniestro, ¿eh?

2. Futilidad

Año: 1898

"Futilidad", de Morgan Robertson trataba la historia del barco más lujoso de su época, contaba con tres hélices y espacio para más de dos mil personas; un barco considerado insumergible, que se estrelló contra un iceberg durante su viaje inaugural en el mes de abril y provocó una catastrófica cantidad de muertes (más de mil) debido a la falta de botes. Suena a taquillazo de James Cameron, ¿verdad? Bueno, pues si. Busquemos las siete diferencias:
1. El barco se llamaba Titán en la novela; Titanic en la realidad.
2. En el Titán cabían 3000 personas; en el Titanic, 2207.
3. En el Titán había 4 botes más que en el Titanic
4. El Titán pesaba 900 toneladas más que el Titanic.
5. El Titanic tenía 25 metros más de eslora.
6. Al estrellarse contra los icebergs, el Titán iba 2 nudos más rápido que el Titanic, que iba a 23.
7. El Titán se estrelló en la ficción 14 años antes que el Titanic.
Pone los pelos como escarpias, ¿verdad?

1. Cualquier cosa de Julio Verne

Año: ---

Si tuviese que aportar alguna prueba fiable de que el viaje en el tiempo es posible, probablemente Julio Verne sería mi apuesta. Y Jesucristo, quizás. Pero en serio, Verne venía del futuro. Podría hacerse otra lista con todas las cosas que profetizó Julio Verne (vaya, creo que lo haré), pero por poner unos ejemplos: Habló del viaje a la Luna y describió con bastante talento la nave Apolo (en su libro De la Tierra a la Luna) aunque él la llamó Columbia; profetizó el submarino con su famoso Nautillus; profetizó Internet, profetizó los aviones, los trenes, el alumbrado público eléctrico... etcétera.
En fin, hasta aquí llega la lista, pero volveré.
Sayonara, baby.

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