domingo, 26 de diciembre de 2010

La verdad detrás de 9 viejas supersticiones

Suerte es eso en lo que nadie cree hasta el día antes de un examen. Cuando lo suspendes, es mala suerte. Cuando lo apruebas... es que te has esforzado. En el fondo, sabes que has aprobado por buena suerte, pero esas cosas no se dicen. Entonces, ¿la suerte existe? Nunca se sabe. Hay gente a la que todo le sale bien; a otros, la vida les trata de pena. Hablaremos de ellos en otro momento. Ahora nos centramos en algunos trucos que se utilizan para volver a la suerte en nuestro favor. Efectivos o no, todos tienen un sentido y significado, y hoy vas a descubrirlos.



9. Paraguas bajo techo

Superstición: Abrir un paraguas en un espacio cerrado da mala suerte.

Hubo una época (probablemente situada en la antiguedad o en antaño) en la que los paraguas se usaban para protegerse del Sol, ya que ser pálido era un símbolo de riqueza y de estátus social. Supongo que también lo usarían en días de lluvia, pero lo cierto es que lo que hiciese esa gente con sus paraguas es lo de menos. La cosa es que la conexión de los paraguas con el dios Sol hacía que abrir uno bajo techo fuese una falta de respeto al dios y, por tanto, trajese mala suerte.
Por otra parte, también está el hecho de que si abres un paraguas bajo cerrado tienes unas cuantas posibilidades de sacarle un ojo a alguien con las varillas (especialmente si hay alguna madre molesta vigilándote y gritando "¡Le vas a sacar un ojo a alguien!"). Supongo que eso es cuestión de suerte. Si es que existe.

8. Pata de conejo

Superstición: Guardar una pata de conejo da suerte

Dejando a un lado lo repugnante del asunto, tenemos que retroceder de nuevo hasta antaño, hasta los pueblos antiguos que adoraban a las liebres por alguna razón que ahora mismo no alcanzo a adivinar. Entonces apareció el cristianismo, allá por el siglo VI, y se prohibieron todo tipo de adoraciones paganas. Los ingleses paganos, indignados por no poder postrarse ante las liebres (algo comprensible) decidieron guardar un pedazo de liebre bajo la ropa, oculto. Ese pedazo, obviamente, era una pata. Ey, podría haber sido peor.
En fin, con el paso del tiempo la liebre se confundió con conejo, etcétera, etcétera.

7. Cruzar los dedos

Superstición: Cruza los dedos, así tu padre no morirá en la guerra. Quizás.

Aunque algunos piensan que cruzar los dedos hace referencia a la cruz cristiana, lo cierto es que la cosa viene de antes; el dedo corazón representaba a Júpiter, y el índice a Saturno, dios del pecado. Colocar el corazón sobre el índice significaba que Júpiter estaba controlando a Saturno, lo cual traía buena suerte. Bueno, quien dice que traía buena suerte, dice que... no.

6. Trebol

Superstición: Encontrar un trebol de 4 hojas trae buena suerte.

Hay unos diez mil tréboles de tres hojas por cada trebol de cuatro hojas. Hasta que surgieron las granjas de tréboles de cuatro hojas, según Wikipedia. Da igual. La cosa es que hay muchas razones por las que los tréboles de cuatro hojas son considerados poseedores de buena suerte. Porque forma el símbolo de la cruz, porque (según una tradición) Eva se llevó uno del paraíso antes de que fuese desterrada; o, la más reconocida, porque cada hoja representa uno de los cuatro aspectos de la felicidad, y que con uno de tres hojas no sería posible. Esos cuatro aspectos, según las tradiciones, serían el amor, la riqueza, la salud y la fama.

5. Sal

Superstición: ¡Ha derramado sal en la mesa! ¡¡Oh Dios santo moriremos todos!!

Ya, bueno, al margen de lo peligroso que pueda ser tirar la sal, su origen tiene que ver con el hecho de que el condimento era muy apreciado en la época romana. De hecho, la palabra "salario", que se utiliza para denominar a esa suerte de dinero que se consigue después de un mes de trabajos forzados (salvo si eres político o algo de eso, en cuyo caso es al contrario) viene de sal, que es con lo que se pagaba a los antiguos romanos. Por lo que el equivalente de quemar un fajo de billetes en aquella época sería comerse una bolsa de Lays. En cualquier caso, la importancia de la sal hacía que derramarla fuese una demencia absoluta y esas cosas. Si ya es dificil encontrar una moneda o un billete en la calle, imagina recoger los granitos de sal...

4. Gatos

Superstición: Cruzarte con un gato negro trae mal fario.

Esta vez hay que remontarse a la edad Media, cuando las brujas eran el terror del pueblo. Si existían realmente o no es algo que dejaremos decidir a otra gente, pero la cosa es que, de alguna manera, la gente se sacaba brujas a las que quemar con bastante regularidad. En fin, todos sabemos que las brujas van acompañadas de escobas y de gatos negros, ¿no? Bien, pues... es básicamente eso. Vaya, tengo que aprender a hacer pausas dramáticas. En fin, la gente, que tenía que inventarse cosas para pasar el tiempo a falta de Internet se sacó de la manga que los gatos eran enviados de las brujas. Si te cruzabas con un gato negro, es que una bruja te estaba rondando. Y, si, eso era malo. Hoy en día, ese miedo sigue extendido por nuestros idílicos pueblos.

3. Martes y 13

Superstición: Todos los martes que caigan en 13 son días de mala suerte

Hay una razón simple por la que el 13 es el número de la mala suerte, y es porque el maldito número da mala suerte. Jesucristo fue el decimotercero en la última cena, y murió; en el tarot, es el número de la muerte; y podría seguir, pero se me cansan los dedos. En serio, el trece es un número siniestro. Esconde a tus hijos de él. Oh, cielos. Tocad madera. En definitiva, el trece está tan maldito que es difícil decir por qué razón en concreto lo escogieron. 
Respecto al martes, fue escogido por representar a Marte, dios de la guerra. Ni más ni menos.
¿Viernes? ¿Quién dijo nada de viernes?

 2. Escaleras

Superstición: Pasar debajo de una escalera trae mala suerte

Hay dos creencias sobre el origen de esta superstición: Uno, que la escalera está relacionada con la muerte porque se utilizaba para subir a la horca, y también para retirar el cadáver. La otra tiene que ver, de nuevo, con el cristianismo: debido a la Sagrada Trinidad, los triángulos eran un símbolo sagrado, y las escaleras forman uno con la pared y el suelo. Atravesarlo, por tanto, da mala suerte. Yo no quiero decir nada, pero lo cierto es que Harry Potter se pasó más de una década debajo de unas escaleras y las cosas no le fueron muy bien.

1. Espejos

Superstición: Romper un espejo trae siete años de mala suerte

De nuevo vuelven a haber varias teorías: Una se basa en la catoptromancia. Con leer el nombre ya queda muy claro qué es (modo irónico ON), pero por si acaso: Era adivinación por medio de los espejos, y lo hacían los griegos. Vaya, otra forma de timar, pero ahora usando espejos. Los romanos, por otra parte, creían que la salud de una persona variaba cada 7 años; cuando adoptaron esta tradición griega, supusieron que un espejo roto (indicador de salud) equivalía a perder esos 7 años de salud.
También existe la teoría de que, antiguamente, la gente creía que los espejos guardaban el alma de la gente, y que al romperlos éstas almas vagaban por el mundo durante siete años.
Por último, esta la creencia más sosa de todas: Los espejos eran caros de narices, y de alguna manera había que evitar que los críos los partiesen. Algo así como lo del pelo en las palmas de la mano o quedarse ciego en caso de... bueno, ya se sabe.
En fin, escoged la que queráis. Nunca lo sabremos. Hasta que se invente la máquina del tiempo, pero yo la usaría para llevarme a la época romana unos cuantos sacos de sal y hacerme de oro. En fin, son ideas.
Sayonara, baby.

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